El Centro de Iniciativas Turísticas de Marbella (CIT) ha celebrado uno de sus tradicionales almuerzos de negocio donde se dan citan diferentes perfiles profesionales representativos de la realidad empresarial y económica andaluza.

Los encuentros, en formato almuerzo, cuentan con la presencia de un destacado experto con el que directivos y gerentes de empresa tienen la oportunidad de recibir una clase magistral sobre las claves que definen a esas organizaciones que quieren alcanzar el éxito en el nuevo modelo de gestión empresarial actual. En esta ocasión, el directivo y escritor especializado en liderazgo y consultor de equipos de trabajo Ignacio Campoy, fue el elegido para abordar en este encuentro, las claves que definen hoy en el ya inaugurado siglo XXI, el nuevo liderazgo en la gestión de empresas y organizaciones.

Durante la sesión, Campoy hizo hincapié en la importancia de contemplar un cambio de cultura dentro de las empresas y abordar un cambio de paradigma, asumiendo, un modelo de liderazgo rápido, y donde, y parafraseando a Steve Jobs, Campoy hacía suya la frase de que “la mejor manera de predecir el futuro es inventarlo”.

Es precisamente en este sentido donde Campoy ubica el concepto de ‘Metaliderazgo’, que precisamente da nombre a uno de sus libros: ‘Metaliderazgo, la ruta del éxito’. Se trata de un modelo de liderazgo superior, que entiende los liderazgos inferiores y que está basado fundamentalmente en la teoría DISC de comportamientos de personalidad.

La metodología DISC, desarrollada por el profesor William Marston de la Universidad de Harvard, aborda los cuatro estilos de comportamiento de personalidad dominantes en los líderes a nivel universal: Dominante, Influyente, Sereno y Concienzudo. El Metaliderazgo, tal y como explicó Campoy, se alcanza conjugando estos cuatro estilos universales. Sólo así, se consigue “dejar de dirigir para empezar a influir, y con ello inspirar un estilo de comportamiento”.

Precisamente, el comportamiento del líder da pie al segundo titular de la jornada. Concretamente, la importancia de entender que el comportamiento del líder define el comportamiento de la empresa. En este sentido, y partiendo de la diferenciación entre jefe y líder, Campoy se centró en la figura del Metalíder, cuya acción se deja sentir no sólo en el ámbito del liderazgo propiamente dicho, sino también como gerente y facilitador de los equipos de trabajo. Sólo así se alcanza el metaliderazgo, desde un enfoque integrador donde la gestión tradicional ya no tiene hueco en el modelo empresarial actual y donde, muy bien orientados por Campoy, los directivos se llevaron “el regalo” de las claves que fundamentan una gestión moderna empresarial, imprescindible para el éxito.