– Una parte de la sociedad es muy crítica con el turismo, porque considera que está en contraposición con la sostenibilidad del planeta. Un ejemplo bien podría ser el desarrollo turístico de Venecia. En su opinión, ¿es posible desarrollar el sector sin perjudicar al planeta?

– En mi opinión, hay que tener cuidado con el equilibrio entre las políticas medioambientales y los derechos individuales. Todo hay que hacerlo con cabeza y con respeto. Debemos seguir avanzando en educación y en el respeto al entorno, en higiene y limpieza, en ser más cívicos, cuidar la convivencia, el sentido común … Todo esto debemos seguir mejorándolo –hemos avanzado mucho desde el ‘¡Agua va!’ de la Edad Media–. Pero me temo que la ley del péndulo nos ha llevado a una situación en la que en aras de la sostenibilidad se puede abusar de cualquier derecho individual del ser humano. Y eso no no puede ser.

No solo se puede, sino que se debe seguir mejorando en todos estos temas, dentro –enfatizo lo de ‘dentro’– del desarrollo del turismo ya que, afortunadamente y gracias al avance de las tecnologías, cada vez es más asequible viajar y conocer este interesantísimo mundo donde vivimos. No se puede negar a nadie este maravilloso derecho a viajar y a conocer, es decir, a hacer turismo.

Así que sí, se puede desarrollar el sector sin perjudicar el planeta. No solo eso, en la mayoría de los casos y, desde luego, en nuestro caso en particular, se invierte por parte del sector mucho dinero y esfuerzo para hacer productos, hoteles y restaurantes, que cuidan, mejoran y recuperan partes del planeta que están hechas polvo.

– La sostenibilidad turística puede englobar muchas patas. No solo el respecto del medio ambiente, sino también la convivencia con las personas que viven en los destinos, para que el turismo no determine negativamente en su modo de vida. ¿Cuáles cree que pueden ser las fórmulas para evitar este lado negativo que entraña el desarrollo turístico?

– El turismo es muy importante para cualquier país. Desde luego mucho para España, ya que es nuestra principal fuente de riqueza, pero es que, además, el viajar no solo es altamente educativo para los que viajan, sino también para los que los reciben en sus ciudades.

Viajando aprendes que no solo lo tuyo es lo único y lo mejor, sino que hay otros puntos de vista, otras culturas, otras religiones, otras razas, otras comidas, otras tecnologías y otras formas de pensar muy interesantes únicas y mejores también. Aprendes a respetar. Y a pensar. A convivir y a ser más tolerantes. Esto también se aprende recibiendo.

La mezcla de culturas a lo largo de la historia siempre ha tenido efectos positivos y enriquecedores y agranda la mente. En los sitios donde ha habido poca mezcla ha ocurrido la contrario.

Dicho esto, está claro que el aumento de población en una ciudad ya sea por la vía de la inmigración o por la vía de turistas más temporales, crea determinados problemas. Como todo en esta vida. Los problemas del crecimiento de las ciudades se van resolviendo con políticas adecuadas a estos crecimientos que corresponden a expertos en demografía, urbanismo y otros. Pero, desde siempre, las ciudades han ido creciendo, algunas hasta pasar de simples villas a ciudades gigantescas –como Madrid– y se han ido adaptando. Los inmovilistas no quieren que nada cambie, pero eso es imposible.

En general, tengo muy claro que el turismo, lo que siempre ha aportado, salvo contadas excepciones que siempre existen, es muy positivo y muy enriquecedor.

Respecto al derecho al descanso, es correcto. Cada vez hay más normativas sobre estos temas y no veo que el sector se queje en absoluto. Lo aceptamos y nos adaptamos.

«Todas nuestras acciones están dirigidas a la sostenibilidad, no solo porque la ética nos importa, sino también porque apostamos por la rentabilidad a largo plazo»

También, algunos casos se pueden solucionar con políticas e inversiones que eleven la calidad de la oferta para atraer turismo más ‘educado’. Lo que algunos llaman turismo ‘de calidad’. Pero el turismo no es el único culpable de perjudicar este derecho, ni el del aumento del coste de la vida y otros más que conllevan el vivir en unas sociedades cada vez más grandes.

El turismo permite que la economía de una ciudad o región crezca, de lo que se aprovecha toda la ciudad. Aunque ese crecimiento haga, inevitablemente, que crezcan también los problemas. El problema del aumento del coste de la vida no es problema si viene de la mano de un aumento de la riqueza y de la actividad económica. Cuando este aumento del coste de la vida viene sin aumento de la actividad económica sí es malo, pero eso no es un problema del sector hotelero es un problema de una mala política económica.

Hotel Don Ramón, en Sevilla.

– El Grupo Kaizen cuenta con tres hoteles en Andalucía (Jerez, El Rocío y Sevilla). ¿Cómo han actuado para que sus inversiones hayan sido sostenibles en los territorios?

– Nuestro modelo de negocio es el del gran lujo. No es que seamos mejores o peores que nadie, es sencillamente que vimos en Andalucía un nicho de mercado que no estaba suficientemente desarrollado. Además, pensamos que Andalucía tiene una oferta de las mejores del mundo capaz de atraer al turismo de la mayor calidad. Pero para ello hacen falta alojamientos también de gran calidad, algo que, en general, falta en Andalucía. Y esta es la primera decisión de mejora de la sostenibilidad del turismo de Andalucía por parte de Kaizen Hoteles. Para conseguirlo, tenemos una fórmula de cuatro puntos para crear nuestros productos:

En primer lugar, recuperamos edificios muy antiguos, y les metemos toda la tecnología del siglo XXI con lo cual los hacemos energéticamente, eficientes y económicamente sostenibles.

En segundo lugar, recuperamos todo el patrimonio del edificio, incluso añadimos aquel que ha perdido a lo largo de los siglos, con lo que aportamos valor al patrimonio de la ciudad. Muy importante.

En tercer lugar, hacemos una decoración contemporánea, dónde tejidos y mobiliario son de tan alta calidad que no solamente ofrecen confort, sino también durabilidad, lo que mejora también la sostenibilidad a largo plazo.

Y, por último, formamos un equipo altamente especializado y tecnológicamente avanzado con lo que, aparte de dar un servicio al cliente de máxima excelencia, también elevamos el nivel de capacidad profesional de las personas que trabajan con nosotros.

Todas nuestras acciones están dirigidas a la sostenibilidad, no solo porque la ética nos importa, sino también porque apostamos por la rentabilidad a largo plazo.

Hotel La Malvasía, en El Rocío (Huelva).

– De los tres hoteles, el de la Malvasía, ubicado en la aldea de El Rocío de Huelva, destaca por ubicarse en un ecosistema único en el mundo, en el Parque Nacional de Doñana. ¿Cómo es la relación del hotel con el entorno donde su ubica?

– La relación es estrecha. Muy estrecha. En general, nuestros hoteles se identifican cada uno con la ciudad en la que se encuentran, pero en el caso de La Malvasia, si cabe, es mucho más así.

Nuestras políticas están dirigidas también a la necesidad de participar en la vida de la ciudad donde estamos. La ciudad nos da y nosotros debemos aportar también a la ciudad. En el caso de La Malvasia, nos alimentamos de estar en un entorno como el del coto de Doñana, así como del privilegio de tener la Ermita y a Virgen del Rocío en nuestra Aldea.

Por nuestra parte, hacemos productos no mirando exclusivamente nuestro lucro, hacemos productos que aportan valor a la ciudad. Mejoramos los edificios, el entorno, cuidamos y valoramos mucho lo que tenemos alrededor y así lo comercializamos, con mucho cariño. Haciéndolo así, mejoramos la oferta hotelera de la Aldea de tal manera que ahora estamos recibiendo allí turismo de muy alto nivel con el consiguiente beneficio para todos.

Hotel Casa Palacio María Luisa, en Jerez de la Frontera (Cádiz).

– ¿Tienen previsto nuevas aperturas en un futuro?

– Tenemos previstas, ya con los inmuebles comprados, ampliaciones en Sevilla y en Jerez. También estamos abiertos a nuevas oportunidades que surjan. Pero hasta ahora hemos crecido de una manera muy natural y sin forzar el crecimiento. Nuestro producto nos exige hacerlo así, porque son hoteles altamente especiales que requieren una gran inversión y una gran localización.

Por eso esperamos oportunidades, porque es importante comprar bien, tanto en coste como en la localización, para luego poder dedicar la mayor parte de la inversión a construir estos productos de mucha tecnología y excelencia, tal y como le hemos comentado anteriormente.