La Federación de Empresarios del Metal, Fedeme, ha elaborado un plan de reactivación donde se recogen las medidas que, a juicio de esta organización, deben marcar la estrategia o la hoja de ruta hacia la salida de la crisis económica ocasionada por la pandemia del Covid-19.
Lejos de pretensiones, este plan de reactivación que plantea Fedeme, en nombre de las más de 9.000 empresas y 83.000 trabajadores vinculados al metal en la provincia de Sevilla a los que representa, dibuja la estrategia que en base a la experiencia y conocimiento de la patronal del Metal se debe perfilar, desde ya, para hacer frente a este duro trance.
“Queremos apresurarnos mientras esperamos, como defendía el adelantado Henry Ford, para que el futuro no nos coja de brazos cruzados. Y es que si algo nos ha enseñado esta crisis es que hay que dejar de lado la improvisación y actuar por delante de los acontecimientos”, señala el director gerente de Fedeme, Carlos Jacinto Marín.
Para ello, Fedeme ha remitido este documento a representantes políticos del gobierno regional, nacional y de la UE, con el objetivo de que se tenga en cuenta la colaboración y asesoramiento de esta organización en las materias y decisiones que puedan afectar al futuro de las empresas del sector del Metal, “en tanto en cuanto nuestro tejido productivo y empresarial representa un importante papel en el motor de nuestra economía y en sus manos está la toma de decisiones que puedan vislumbrar un panorama más esperanzador después de tanta incertidumbre”, recalca también el director gerente de Fedeme. En este sentido, el plan propuesto parte de tres pilares fundamentales:
• Diálogo social: interlocución directa y coordinada entre administraciones, partidos políticos, sindicatos, patronales y organizaciones sectoriales, como eje central de un plan global de reestructuración económica y laboral.
• Seguridad jurídica: la certidumbre y la NO improvisación en este terreno se convierten en piezas claves para reducir y superar las peores consecuencias de esta crisis en el plano de la actividad empresarial y el empleo.
• Medidas de reactivación (sanitarias; laborales; productivas-económicas-financieras).
En cuanto a las medidas de reactivación, en el plano sanitario, Fedeme recalca la necesidad de facilitar test masivos para la detección temprana de casos de coronavirus y adopción de medidas de freno para la propagación; garantizar el acceso a los EPIS necesarios para el desarrollo de la actividad laboral de las empresas y el apoyo institucional a la configuración de planes de prevención, en línea con las recomendaciones emitidas por las autoridades de salud pública, de forma coordinada entre empresas y servicios de prevención.
En el plano laboral, Fedeme aboga por medidas orientadas a la flexibilidad laboral (extensión de los ERTE – RD 8/2020- hasta final de año; fin de la obligatoriedad del mantenimiento del empleo vinculado a ERTE hasta seis meses después del final del estado de alarma; flexibilización de los ERTE -RD 1483/2012-, simplificando su procedimiento y ampliando causas para su tramitación; permisos retribuidos recuperables, entre otras.
En el plano laboral, Fedeme alerta también del importante protagonismo que desde el Gobierno se le está concediendo a los sindicatos al imponer su participación en los períodos de consulta de los ERTE planteados por las empresas cuando no exista representación legal de los trabajadores. Una medida de gran repercusión que invierte la relación de la representación de los trabajadores en este tipo de procesos, y que está pasando desapercibida dentro del aluvión de medidas legislativas que se vienen adoptando.
“Esta medida supone la entrada de los sindicatos en empresas, especialmente pymes, que en muchos casos no contaban con representación sindical por decisión propia, lo cual nos preocupa teniendo en cuenta que esto puede ocasionar un cuello de botella importante en este tipo de trámites ante la falta de estructura de los sindicatos a la hora de atender todas esas negociaciones, suponiendo al final un obstáculo más para las empresas”, advierte Jacinto.
Otras medidas laborales planteadas son la ampliación de fórmulas como la moratoria y aplazamiento de cotizaciones sociales hasta final de año y extensión a todos los sectores de actividad afectados por esta crisis, la supresión del Régimen Especial de Autónomos (RETA) y el impulso a la Negociación Colectiva.
Finalmente, en el plano económico, este plan de reactivación contempla medidas vinculadas al aumento de la liquidez de las empresas a través de préstamos participativos; compensaciones por cierre; avales del Estado a través de ICO y políticas de No morosidad, tanto en el sector público como privado; promover la restructuración de la deuda con las entidades financieras. (préstamos a bajo interés y aplazamiento); favorecer la cadena de pagos, evitando así el cierre de empresas intermedias e impagos de estas y ayuda financiera con concesión de préstamos a bajo interés.
En lo relativo al consumo, la estrategia pasa por implementar planes especiales de apoyo para los sectores más damnificados por la situación, a través de la puesta en marcha, por ejemplo, de planes renove en el ámbito de la automoción, maquinaria agrícola, rehabilitación de viviendas… En este terreno también se plantea la no paralización de licitaciones públicas, contrataciones en curso ni proyectos en ejecución.
La planificación de ayudas orientadas a dar continuidad en el ámbito de la internacionalización es otra de las medidas que se abordan dentro de esta estrategia, especialmente para pymes interesadas en abordar nuevos mercados para hacer frente a la caída del consumo interno, así como la coordinación en el marco de la UE del control en fronteras de la movilidad de trabajadores y mercancías, agilización de trámites aduaneros y de importaciones y el establecimiento de medidas de apoyo para fomentar el crecimiento en tamaño de las empresas españolas como elemento de competitividad y supervivencia (concentración de empresas) frente a los retos del futuro.
Igualmente, el apoyo a las tractoras con riesgos de deslocalización es otro de los aspectos en los que se insiste en el plan de reactivación elaborado por Fedeme, junto a la necesidad de estipular sectores estratégicos industriales para el impulso de la economía y posicionar a la SEPI como inversora en empresas clave.
Negociar con la UE la flexibilización de las ayudas de estado para fomentar los diferentes subsectores de la industria española, con el consecuente efecto multiplicador sobre economía y empleo, es otra de las propuestas recogidas en el documento, unida a la implementación de políticas dirigidas a la reducción del coste de la electricidad, uno de los principales costes de explotación de las empresas industriales.