Adecco, especilizada en la gestión de recursos humanos, es consciente del cambio que ha sufrido el país tras la crisis económica y que ha llevado a la creación de un nuevo paradigma laboral: el trabajo autónomo y por proyectos, entendido como esa pequeña revolución que ha tenido lugar cuando una parte de los profesionales quiere trabajar en un proyecto para una empresa, y la empresa, quiere tener a un profesional que únicamente le resuelva un caso concreto.
El trabajo autónomo y por proyectos es una nueva tendencia que está calando en el mercado laboral. En ella se encuentran de frente las necesidades actuales del ámbito empresarial con la disposición laboral de profesionales autónomos y emprendedores que trabajan por proyectos. Tras conocer esta situación, Adecco e Infoempleo han querido estudiar este nuevo modelo para determinar el volumen que suponen estos profesionales sobre el total de trabajadores, su incidencia en cada sector en relación a la oferta laboral y su distribución con respecto al perfil demográfico.
El trabajo por proyectos es la consecuencia de que un gran número de profesionales, especializados, con experiencia y motivación, haya salido de las empresas para las que trabajaban y se hayan encontrado en un mercado laboral abierto en el cual están dispuestos a aportar sus conocimientos de forma puntual en cualquier empresa y para un proyecto determinado.
En el lado opuesto están las empresas, que necesitan profesionales experimentados, especializados y resolutivos para acometer proyectos concretos y acciones específicas que tienen un inicio y un final definido en base a objetivos y a tiempo.
Los trabajadores por proyectos han descubierto una nueva forma de reintegrarse al mercado laboral dando servicio y respuesta rápida y efectiva a una empresa, y no buscando una compañía que les contrate para el resto de sus vidas laborales.
Se trata de perfiles que las empresas necesitan para una ocasión determinada y no para integrarles en su plantilla, debido, en parte, a que estos profesionales están lejos de sus posibilidades económicas para la clásica contratación para siempre.
Por tanto, la forma legal de vinculación más habitual que se va a producir en esta relación pasa por que el profesional tiene que crear su microempresa o ser autónomo, y la empresa tiene que abrirse a un nuevo modelo de trabajo, de vinculación laboral y de contratación. Es lo que algunos han denominado como el nuevo paradigma laboral.
Este nuevo sistema laboral se ha empezado a implantar en España y está experimentando un crecimiento progresivo. Después de cinco años consecutivos en los que el mercado laboral ha perdido muchos miles de autónomos, en 2013 se rompe esta tendencia y se generan una media de 70 autónomos al día. Se trata, por tanto, del primer año desde que empezó la crisis en el que se da un crecimiento en el número de emprendedores. Este dato se refuerza doblemente si se tiene en cuenta que el número total de afiliados a la Seguridad Social sigue cayendo en 2013 desde que empezara la cuesta abajo en 2007.
De nuevo se confirma esa tendencia laboral hacia el autónomo y los trabajos por proyectos, ya que éstos dan soporte a la empresa y los nuevos emprendedores se encuadran mayoritariamente en el sector servicios, y es este sector el que crece proporcionalmente frente a una reducción del resto de sectores. Con respecto al año anterior, en 2013 los autónomos del sector servicios han crecido más de un 1%. En el lado contrario se encuentra el sector que más autónomos ha perdido, que ha sido el de la construcción, seguido de la industria. El sector de la agricultura, aunque ha descendido, lo ha hecho de forma más moderada que el resto.
El número de autónomos del sector servicios lleva creciendo desde 2008, aún ya cuando la crisis había comenzado. En 2013 ya conformaban el 72,40% del total de autónomos en España, mientras que en 2008 no pasaban del 66%.
El segundo sector más insertado en este nuevo paradigma es el de la agricultura, que a pesar de no haber aumentado sí ha conseguido mantenerse más estable, pasando de ser el segundo sector menos demandado por los autónomos, al segundo con mayor demanda. Aún así, ha evolucionado del 14% en 2008 al 12,56% actual.
La construcción, sin embargo, ha visto reducir de forma alarmante el porcentaje de autónomos que se dedican a ello, en parte precipitado por el estallido de la burbuja inmobiliaria. Así pues, los autónomos que formaban parte de este sector eran el 14,20% en 2008, y ahora tan sólo el 10,31%.
Por último, el sector de la industria, que siempre ha sido el menos desarrollado en materia de autónomos, se encuentra ahora con una reducción de casi un punto porcentual en cinco años que lo sitúa en la actualidad en el 4,73%.
Si se compara el porcentaje de autónomos con la demanda de trabajo en cada sector se vislumbra un desequilibrio importante. En primer lugar, el sector servicios es más demandado entre los autónomos de lo que realmente su mercado puede soportar, pues dispone de un desfase de 11 puntos porcentuales. Esto significa que mientras un 72,4% de los autónomos se enmarcan en el sector servicios, tan sólo un 61,23% de la oferta de empleo procede de esta área.
En el caso de la construcción esta diferencia se acerca a los 9 puntos, lo cual sigue siendo preocupante, pues la oferta de empleo procedente de este sector no llega al 2% y, sin embargo, es un 10,31% de los autónomos el que busca hacerse un hueco en el mercado de la construcción.
Si se analiza la agricultura ocurre lo mismo: la demanda de los autónomos (12,56%) es diez puntos superior a la oferta de empleo de las empresas de este sector (2,20%).
En el lado opuesto se encuentra el sector industrial, que a pesar de contar con sólo un 4,73% de los autónomos, es el segundo mayor ofertante de empleo en el país, ya que casi el 35% de las ofertas de empleo de 2013 procedieron de la industria.
Aunque el número total de autónomos en España del año 2013 se ha incrementado, no lo ha hecho en todas las comunidades autónomas. Así pues, La Rioja, Cantabria, Asturias, País Vasco, Castilla y León, Galicia, Comunidad Valenciana y Cataluña son las autonomías en las que ha descendido el porcentaje de autónomos. El descenso ha sido tan moderado que apenas ha afectado a la tendencia general del país. En el lado opuesto están las comunidades de Andalucía, Madrid, Castilla-La Mancha, Canarias, Murcia y Baleares, que han visto aumentar su número de autónomos, siendo este incremento más notable. Aragón, Extremadura y Navarra, en cambio, han conseguido mantener sus cifras.
Los datos globales señalan a Cataluña (con un 17,11% de autónomos), Andalucía (15,46%), Madrid (11,68%) y Comunidad Valenciana (10,46%) como las comunidades con un mayor número de autónomos en relación al total del país. La Rioja (0,84%), Cantabria (1,36%) y Navarra (1,5%) son, por el contrario, las autonomías que disponen de un menor número de estos profesionales.