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La planta de aceite de Agro Sevilla, situada en la Puebla de Cazalla, ha sido distinguida con el máximo reconocimiento (AA+) en BRC / IFS. Esta distinción ha sido posible gracias a una auditoría externa no anunciada llevada a cabo por la empresa Bureau Veritas, que Aceites Agro Sevilla ha superado con éxito.
Agro Sevilla lleva 25 años haciendo hincapié en la calidad de la materia prima con la que trabaja para la producción de sus aceites, además de impulsar la innovación, ya que la compañía ha querido mejorar la seguridad de las botellas introduciendo algunas novedades, entre ellas un precinto de garantía que incorpora una nueva máquina capsuladora termoretráctil.
Según el director de Aceites Agro Sevilla, Francisco Javier Moreno Pérez, “tener presentes diariamente estos dos factores en el trabajo de la fábrica, ha sido la clave para conseguir este éxito”. La norma BRC (Global Standard for Food Safety) se encarga de establecer un criterio único de calidad y seguridad, ayudando a los distribuidores con el cumplimiento de las obligaciones legales de seguridad alimentaria que garantizan el máximo nivel de protección al consumidor. Al mismo tiempo, la norma proporciona a las organizaciones un método claro y coherente para medir la seguridad de sus productos y aporta confianza a los consumidores.
Respecto a los próximos objetivos de la compañía, Francisco Javier Moreno Pérez destaca “la consolidación y el fortalecimiento de la política de calidad y seguridad alimentaria para que sus clientes puedan contar con un producto de primera calidad, sin renunciar a tener un crecimiento consolidado en cuanto a volumen de producción y comercialización en los principales mercados”.
Fundado en 1977, Agro Sevilla es uno de los principales exportadores de aceite de oliva de España, además del mayor productor, envasador y exportador de aceitunas del mundo. La compañía controla cada una de las etapas del proceso de elaboración de sus productos: desde el cultivo del olivar y la cosecha hasta la elaboración, distribución y comercialización del producto terminado. Todo ello para garantizar una rigurosa trazabilidad y un mayor control de calidad en todas las fases de la cadena de producción.