Entre los muchos rincones de obligada visita que tiene Sevilla, se encuentra la céntrica Plaza de Molviedro, que hace siglos quedaba dentro del recinto amurallado de la ciudad. De aquel lugar de mancebía, inhóspito e inundable, que fue en el siglo XVI, solo queda una placa que reza ‘Antiguo Compás de Laguna’, para recordar que los templarios recibieron “compás” en esta parte de la ciudad, es decir, jurisdicción propia sobre este terreno. Posteriormente, la plaza fue enclave de un populoso mercado de panes, hortalizas, futas y salazones. Retales de historia que hacen de este rincón un reclamo turístico para sevillanos y foráneos, con el amparo de la Capilla del Mayor Dolor, casa de la Hermandad de Jesús Despojado, y la estilizada silueta de la Giralda al fondo. Hoy, con canónes arquitectónicos perfectamente integrados en el entorno y su pasado, encontramos el hotel de cuatro estrellas Vincci Molviedro y el edificio colindante de viviendas turísticas.

El Hotel de por sí es un reclamo turístico, pues conserva elementos protegidos por Patrimonio, como son las rejas, de la puerta del hall, columnas y escaleras. Otro elemento histórico diferencial es un paño de la muralla almohade que se ha integrado en el restaurante del edificio, ‘La Despensa del Molviedro’, de reciente apertura y un auténtico lujo para los sentidos. Es el único lugar en el que se puede ver el corte de la muralla, de 20 metros de anchura, que permite contemplar los diferentes periodos de construcción, los distintos materiales utilizados y fósiles de tiempos inmemoriales.

Ubicado en el luminoso patio, el restaurante está dirigido por el chef Santiago Zapata, conocido en la casa por su experiencia en los fogones del restaurante El Mirador de Sevilla, del hotel hermano Vincci La Rábida. La carta de La Despensa de Molviedro se ha inspirado en todas las reminiscencias históricas del lugar, y combina a la perfección productos locales de máxima calidad, con toques exóticos y un acabado vanguardista que encandila a los paladares más exigentes. Y lo mejor es que en este restaurante puede comer quien lo desee, sin necesidad de estar alojado en el hotel.

Entrantes tradicionales como jamón y caña de lomo ibéricos 100% bellota, selección de quesos y paté de perdiz y otros más originales como los mejillones al ajillo o marineros; el tiradito de atún rojo, sésamo y mango agridulce; o el ceviche de sepia, con curry verde y coco.

Después de abrir boca nos enfrentamos a una elaborada selección -y difícil elección- de platos de carnes y pescados: tataki de pato sobre cremoso de chirivías, jengibre y cítricos; lagartito ibérico sobre focaccia de aceitunas y tartar de pimientos; T-bone de vaca charra acompañada de patatas asadas y pimientos del padrón; solomillo de buey a la parrilla con salteado de bimis, tirabeques y sésamo; chuletitas de cordero lechal sobre tabulé y salsa menta-miel; atún de almadraba sobre shitakes encebollados y ají amarillo o pulpo braseado, cremoso de raz hanout y mojo verde, entre otros.

Imprescindible probar algunas especialidades de la casa, como son el foie de pato casero y focaccia de cítricos; la ensaladilla de gambones y huevo de codorniz con regañá de algas; el mini brioche de panceta; las croquetas de cochinita pibil y crema de aguacate o el hummus de garbanzos.

Y como broche final, completamos el menú con alguno de estos postres tan elaborados: brioche de chocolate blanco, menta y helado de vainilla; carrot cake casero con chantillí de vainilla y lima; ganache de chocolate, bownie y dulce de leche; o galleta salada, coco, piña y helado de mascarpone.

Como complemento a esta carta diaria, el hotel cuenta en su interior con un bar de estética tradicional sevillana que ofrece un interesante menú de tapas y bebidas a modo de representación de la carta de La Despensa de Molviedro.

Antes de marcharte, no dejes de visitar la terraza del hotel, con vistas increíbles al skyline de Sevilla dominado por dos de sus principales símbolos: La Giralda y el rascacielos Torre Sevilla, el equilibrio perfecto entre la historia y la vanguardia. Este espacio cuenta con un bar y una pequeña piscina (exclusiva para clientes del hotel y de las suites turísticas).

Y otro aliente que ofrece este hotel son las actuaciones de música en directo que tienen lugar todos los viernes del año, tanto instrumental como miniconciertos. Como hito especial en estas fechas, se van a celebrar dos cenas de gala en La Despensa de Molviedro los días 24 y 31 de diciembre, con un menú especial y cubierto reducidos.

Si tienes una escapada pendiente o sólo te apetece disfrutar de una jornada gastronómica de calidad, a precios muy competitivos y en un enclave excepcional, el Hotel Vincci Molviedro y su nuevo restaurante La Despensa de Molviedro cumplirán seguro con todas tus expectativas.