Después de encadenar varias campañas con cifras muy por debajo de la media de hectáreas sembradas o incluso no llegar a cultivar nada como en el pasado año, este 2024 ha traído la casi plena ocupación de los arrozales marismeños de la provincia de Sevilla.
Así lo indican los datos que maneja Arrozúa, una de las cooperativas más grandes del sector en España, que precisa que esta campaña se han sembrado 9.000 hectáreas de arrozal de sus socios, lo que supone un 70% de la superficie máxima de cultivo agrupado de la cooperativa en las Marismas del Guadalquivir, en el entorno del Parque Nacional de Doñana.
La cosecha de arroz prevista se estima en unas 62.000 toneladas, de las que la mayor parte, 55.000 corresponden a variedades índica, mientras que las restantes 7.000 serán de variedades japónica.
En el sector arrocero sevillano, que con 36.000 has., es la provincia que ostenta la mayor superficie cultivada y la mayor producción de arroz de España con alrededor del 40% de todo el arroz nacional, se está viviendo esta campaña con satisfacción, tras encadenar 3 años muy complicados, dada la escasez de lluvias. De esta manera, en 2021 sólo se plantó el 50% de la superficie, en 2022 cayó al 30%, mientras que en 2023 no se pudo cultivar ni una sola hectárea en toda la marisma.
Jornada de inicio de campaña
El pistoletazo de salida del inicio de la campaña ha tenido su reflejo en un evento al que han acudido más de medio centenar de cocineros andaluces capitaneados por el chef Enrique Sánchez, a través de las asociaciones Artcua y Chefs Azules. Los cocineros han visitado los arrozales y las instalaciones de Arrozúa de la mano del maestro molinero y, posteriormente, han participado en un showcooking ante compañeros y asistentes.
El evento ha contado con la colaboración de una serie de empresas agroalimentarias de la provincia que se han sumado la celebración del inicio de campaña: IGP Aceituna Manzanilla y Gordal de Sevilla, Jamones Los Romeros de Alanís, Quesos Quesí, Panadería Obando, Bodegas Góngora, Aceites Migasa, Emfacar, El Descansilo y La Tomatería Palaciega. La jornada ha contado, además, con el respaldo de la Diputación de Sevilla, a través de su marca Sabores de la Provincia de Sevilla.
Arrozúa es una cooperativa andaluza de primer grado que agrupa a cerca de 800 socios que poseen una superficie cultivable máxima de 13.000 has. En sus instalaciones de 100.000 metros cuadrados en la finca Veta La Mora dispone de una capacidad de almacenaje de 130.000 toneladas de arroz, con una planta de descascarado con capacidad de 30.000 kgs./hora y un molino para arroz blanco que trabaja a 15.000 kgs./hora.
El arroz de Isla Mayor y sus municipios colindantes se extrae de las Marismas del Guadalquivir, estando el 80% de la superficie de cultivo dentro de los límites que se consideran el entorno cercano del Parque Nacional de Doñana, formando parte esencial de su ecosistema. No en vano, durante todo el ciclo de vida de la planta –que transcurre entre los meses de mayo y octubre- multitud de las aves que anidan en el Coto acuden a alimentarse a los arrozales. Comienzan los flamencos en primavera en cuanto se inundan las parcelas hasta que el arroz cubre el agua, hasta que en otoño-invierno visitan la zona las aves migratorias cuando acaba el fangueo, labor de cultivo clave que consiste en enterrar todos los restos de la planta incorporándolos al suelo para su descomposición y al mismo tiempo enriquecer la tierra con restos orgánicos. Entretanto, la avifauna permanente de las marismas convive en armonía en el ecosistema, con cigüeñas, moritos, gaviotas, garcetas, garzas, gallaretos, patos, fochas o gallo azul para acabar el ciclo con los gansos.
Además, en los arrozales se ha desarrollado en los últimos años una actividad económica complementaria, en torno a la pesca y elaboración de cangrejo de río, cada vez más apreciado en la alta gastronomía.
Un entorno tan especial requiere de un proceso productivo donde impere la protección de lo natural. Desde Arrozúa destacan su enfoque hacia la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente, promoviendo el uso de técnicas basadas en la producción integrada, incorporando incluso un 5% de superficie en producción ecológica.
En este sentido, el sistema de riego del cultivo del arroz se basa en el continuo reciclado del agua utilizada, manteniendo además unos niveles aceptables de estabilidad sanitaria y climática. Cada fase es minuciosamente controlada y analizada para sacar el máximo partido a los recursos naturales y ofrecer un arroz de calidad reconocida.
Con una selección de sus arroces Premium, Arrozúa ha apostado en los últimos años por la promoción de su marca propia, Doña Ana, que comercializa con las variedades marisma, largo, vaporizado y bomba. Además, dispone de una segunda marca, El Ruedo, con las opciones de largo, redondo y vaporizado.