– 30 años de profesión dan para mucho. ¿Cómo ha sido la evolución del estudio en estas tres décadas?
– La evolución del estudio ha resultado más que satisfactoria. Cuando comenzamos la vida profesional, los encargos, siempre he optado por el sector privado, son variados hasta que vas especializándote hacia el tipo de proyectos que te entusiasman como arquitecto, optando por la calidad de estos, su ubicación, volumen… En definitiva, la evolución ha sido hacia proyectos singulares pudiendo elegir el tipo de trabajo a desarrollar, convirtiendo el ejercicio profesional en una práctica cada día novedosa y estimulante, un disfrute.
– ¿En qué ha cambiado la arquitectura en estos 30 años?
– En un mayor conocimiento técnico, desarrollo de las instalaciones, campo normativo más extenso… Y, por otro lado, en una nueva toma de conciencia del acondicionamiento natural, la importancia de la luz natural y la ventilación, la orientación o los vientos dominantes… Todo aquello que quedó en un segundo plano, que es preciso reconducir y que venimos reivindicando en estos 30 años de profesión, sin olvidar la conciencia sobre el patrimonio edificado, resultado de un mayor conocimiento y difusión de la obra arquitectónica de interés, ya sea de siglos pasados o contemporánea.
– ¿Qué es para usted la buena arquitectura? ¿Se hace buena arquitectura en Sevilla? ¿Y en Andalucía?
– Nos resulta esencial el respeto al medio que puede ser un medio natural o urbano. La mejor arquitectura es aquella que además de los factures del acondicionamiento natural tiene en cuenta los aspectos culturales, etnográficos y, por supuesto, patrimoniales. No podemos olvidar las continuas agresiones de la arquitectura en Andalucía y, en concreto, en Sevilla hacia el medio natural en las últimas décadas, un aspecto en el que se ha mejorado bastante en los últimos años. No menos importante ha sido el daño no sólo hacia el entorno del patrimonio edificado de interés, desde la arquitectura popular a la más culta, sino hacia la propia arquitectura con la destrucción de tipologías, volúmenes o elementos tan sutiles como revestimientos y carpinterías. Por último, la especulación sobre el suelo y su encarecimiento, resultado de la necesidad de nuevos suelos urbanizables –a mayor demanda sin oferta, los precios son más elevados y se exprime hasta el último metro posible edificable– que lleva a soluciones de saturación de la edificabilidad. Intentamos convencer a nuestro clientes que la edificabilidad no es preciso colmartarla, que generando mayores espacios libres proyectaremos una mejor arquitectura y que ese espacio es el auténtico lujo frente a añadidos muchas veces innecesarios y aleatorios.
– ¿Se protege lo suficiente el patrimonio arquitectónico andaluz?
– Estamos en uno de los mejores momentos de conservación del patrimonio andaluz; aún así hay mucho por hacer, nuestra tierra es tan rica en patrimonio que los edificios de interés resultan innumerables y muchos de ellos por intervenir; pero cada vez es mayor la conciencia sobre el que es un patrimonio de todos y la clave para preservar es conocer y para conocer es preciso antes difundir ese patrimonio y saber transmitirlo. Desde nuestro estudio de arquitectura luchamos cada día por hacer una mejor arquitectura y defender el patrimonio que es de todos participando activamente en la difusión del patrimonio no sólo de Sevilla, la ciudad en la que trabajamos habitualmente; para nosotros la provincia tiene igual valor y, por ello, tenemos una segunda oficina en Cantillana desde hace también 30 años.
La provincia ofrece un patrimonio extenso no sólo en los 15 conjuntos históricos declarados. En cada rincón hay algo por descubrir y poner en valor; un nuevo proyecto que una vez realizado genera sinergias allá donde los realizamos, mejorando las condiciones del entorno. Una prueba de ello son los proyectos que hemos llevado a cabo de forma habitual en la Vega del Guadalquivir en municipios como Villaverde del Río, Brenes, Tocina… en la campiña como Fuentes de Andalucía o Écija; Carmona o el Viso del Alcor, sin olvidar otros en la Sierra Sur y la Sierra Norte o el propio Aljarafe. Desarrollamos proyectos en la provincia de Cádiz, un lugar en el que nos apasiona trabajar, especialmente en el Puerto de Santa María y Arcos de la Frontera; la costa gaditana, Huelva, Córdoba o Málaga.
– Se han cometido muchos ‘atentados’ a la arquitectura en ciudades como Sevilla. ¿Cómo se puede combatir esto?
– La clave además de legislación y órganos de control es concienciar a los ciudadanos sobre la importancia de preservar el medio natural y urbano, en concreto, el patrimonio histórico. Por ello, llevamos la dirección de Arquitectura del Festival Internacional de Arquitectura Open House Sevilla, del que hemos realizado dos ediciones y nos encontramos inmersos en la organización de la próxima entre el 26 y 28 de marzo de 2025; colaboramos durante años con la Semana de la Arquitectura del COASevilla, actividades docentes de la Fundación Fidas para la investigación y difusión de la arquitectura; promovemos rutas culturales propias como la que enlaza los Relojes de Sol, elementos que habitualmente restauramos y construimos y que han servido para que otros los difundan y protejan; la arquitectura mudéjar en la que nos especializamos con la tesis doctoral y el uso de la luz natural y el color… Continuamente, nos llaman para colaborar con entidades interesadas en la protección del patrimonio histórico e impartimos charlas y conferencias. Y, por supuesto, las redes sociales, el arma más eficaz para la difusión de este legado; basta con ojear nuestro perfil @honorioaguilararquitecto en Instagram, X, Facebook, Linkelnd o Tiktok.
– ¿Cómo pueden convivir la arquitectura antigua con la nueva?
– Perfectamente, igual que convive el mobiliario o las obras de arte antiguas o contemporáneas; en la mezcla está la excelencia, pero hay que saber hacerlo muy bien. No todo funciona y esa mezcla inadecuada es un atentado hacia el patrimonio y a la propia obra nueva.
– ¿De qué proyectos se siente más orgulloso de haber trabajado?
– Desde alguna vivienda unifamiliar entre medianeras o aislada, obra nueva o rehabilitación, en aquellas que la conexión con el promotor ha sido tal que terminamos siendo grandes amigos, casi familia. Son aquellas casas resultado de la interactuación continua entre cliente y arquitecto. Nos encanta proyectar viviendas, especialmente unifamiliares, porque en ellas la relación con los usuarios, con las personas que terminarán habitándola, es directa. Esto difícilmente ocurre en una promoción de viviendas, de las que hemos construido muchas. Recuerdo desde una gran casa aislada de nueva planta en la Urbanización Santa Clara a casas rehabilitadas en calle Teodosio, Santa Clara, Mesón de los Caballeros, por citar algunos ejemplos de Sevilla con interesantes tipologías barrocas o decimonónicas. Asimismo, recuerdo nuevas casas de campo o algún cortijo o hacienda rehabilitada que me parecen extraordinarias por su relación con el paisaje y desde el punto de vista de la sostenibilidad. Y, por supuesto, los últimos proyectos en Fuentes, Cantillana, El Puerto… y más de uno en Extremadura o Madrid, dos lugares en el que también hemos encajado perfectamente.
– Se aproxima el centenario de la celebración del 100 aniversario de la Exposición Iberoamericana de Sevilla. ¿Qué puede suponer este acontecimiento para el patrimonio andaluz?
– El regionalismo andaluz ha sido denostado continuamente en las escuelas de arquitectura, pienso que por desconocimiento y complejos de un supuesto provincianismo más que desfasado. Son los mismos que veían en el modernismo catalán un gran avance. La destrucción del patrimonio antes referido es responsabilidad en gran parte de estas escuelas, que han infravalorado el patrimonio en favor de una modernidad idealizada. Hoy, la situación puede ser algo mejor, pero aún así hay mucho por hacer en las mismas y, en concreto, hacia la investigación y difusión de la arquitectura regionalista, que con el 100 aniversario de la Exposición Iberoamericana de Sevilla puede ser el momento de ocupar el lugar que merece.
– ¿Cómo están conmemorando sus 30 años de trabajo en el sector?
– Con un amplio programa de eventos culturales, los que desarrollamos habitualmente como mejor forma de difundir nuestro patrimonio y, al mismo tiempo, nuestra obra construida, pero este año con mayor intensidad: desde la celebración de exposiciones de pintura en nuestros estudios de Sevilla o Cantillana y el espacio cultural que hemos creado en La Casa del Reloj de El Puerto de Santa María, una ‘Casa de Cargadores a Indias’ de finales del siglo XVII que hemos recuperado para uso cultural, en conjunto con presentaciones de libros, catas de vinos de nuestra región, algún concierto de música para nuestros amigos y clientes.
Cada nuevo proyecto que comenzamos es una conmemoración de los 30 años de trabajo, porque cada día son proyectos más interesantes que tienen un denominador común: la belleza. Es cierto que esta cualidad atrae a los demás y los proyectos que denominamos ‘con belleza’ atraen a otros igualmente bellos por su emplazamiento o características, desde los diversos establecimientos hoteleros que estamos desarrollando o hemos construido, desde la orilla de la calle Betis a un convento en Cádiz, un museo en Extremadura u otro en el Monasterio de San Clemente, una casa palacio en Écija o una simple obra nueva que también puede proporcionar ‘belleza’.