A todo lo que cualquier empresa aspira es a tener un equipo feliz y productivo, es decir, equipos de alto rendimiento. Pero, ¿cuál es el secreto para ello? De una forma simplificada, podríamos decir que un equipo de alto rendimiento es un equipo cohesionado, productivo, capaz y  que se distingue por la autonomía, eficiencia, compromiso. Responsabilidad y productividad en su práctica, manteniendo estas variables siempre equilibradas. 

Para conseguir este objetivo es fundamental establecer metodologías y acciones que sean transversales y que atiendan de forma sistemática y constante a estas variables que debemos potenciar. Por ejemplo, cuando organizamos una sesión formativa de cualquier temática, no sólo debemos plantear objetivos formativos, sino a la vez plantear objetivos transversales que atiendan al fomento de la unión y conocimiento del grupo y a dotar herramientas y pautas de productividad. 

En este sentido, fomentar la comunicación, el trabajo en equipo (evitar individualismos), escuchar a los trabajadores, motivarlos, guiarlos y aconsejarlos es esencial para que las empresas consigan equipos con alta productividad. 

Pero además, hay que dotarlos de herramientas y métodos que les permitan realizar propuestas y desarrollos de alto valor. En este contexto la metodología de trabajo agile se torna fundamental. Esta metodología se caracteriza por su adaptación al cambio. En un mundo en constante de evolución, en el que estos cambios cada vez se producen a una mayor velocidad, las metodologías ágiles permiten no solo responder, sino anticiparlos de una forma rápida y garantizando la obtención de productos de máximo valor añadido.  

Las ventajas de aplicar las metodologías ágiles en los equipos de trabajos, principalmente pueden resumirse en:  

  • Capacidad de adaptación al cambio siempre orientado al logro de objetivos. 
  • Revisiones constantes de las acciones realizadas para que estén alineadas con los objetivos del cliente. 
  • Retroalimentación y  control de los servicios contratados, especialmente en la utilización de de la metodología Scrum que plantea entregables cada dos semanas. Existe una continua comunicación entre el cliente y la empresa, que garantiza que el producto final sea el deseado y de una alta calidad. 

innoSi la metodología agile es importante en cualquier tipo de trabajo, esta cobra carácter esencial cuando hablamos de teletrabajo, o modelos híbridos como el que instauramos en INNN. Este modelo de trabajo pone al servicio de las empresas múltiples herramientas para ayudar a la gestión de los equipos de trabajo. Desde INNN, apostamos por una muy concreta: la metodología Scrum con variables propias para adaptarlas a un modelo único. Con el fin de mantener un nivel de productividad alto, el modelo de trabajo se basa en un control de tareas de cada profesional,  propiciando la definición de entregables en periodos breves de tiempo, generando procesos más eficientes y optimizando los resultados finales. 

En el debate entre trabajo presencial y teletrabajo, en INNN lo tenemos claro: nos decantamos por el modelo híbrido. La aplicación a todos nuestros procesos de trabajo de la metodología Scrum, con sprints de todo el equipo bisemanales, sprints demos en los que ponemos en común aprendizajes y objetivos alcanzados en el anterior sprint o daily meeting para fomentar la comunicación, apoyándonos en herramientas como gestores de proyectos (ASANA), herramientas de comunicación o trabajo en la nube hemos comprobado que nos hace muchos más productivos y eficientes. 

El seguimiento constante de las tareas, el conocimiento de todo el equipo de los siguientes objetivos y pasos a seguir, y la constante retroalimentación por parte del cliente son una garantía de éxito. Pero no olvidemos que los humanos somos seres sociales por naturaleza, el contacto humano y social nos enriquece como personas, por eso, fomentamos el trabajo con otros compañeros de forma física, y las reuniones grupales presenciales cuando se deben tratar objetivos comunes. Combinando ambas opciones en la proporción adecuada, se fomenta el trabajo de los valores básicos para propiciar el desarrollo de equipos de trabajo de alta cualificación. Entendiendo por «alta cualificación» personas felices y productivas.