La Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre (REAAE), fundación dependiente de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, ha dedicado el espectáculo de hoy viernes, día 14 de octubre, a Rafael Soto Andrade, como homenaje de jubilación, en el que él mismo ha tomado parte junto a su mentor, Álvaro Domecq.

En el día en el que cumple 65 años, y con una dilatada trayectoria profesional repleta de triunfos y reconocimientos, Rafael dice ‘hasta luego’ a la que ha sido ‘su casa’ durante tantísimos años y a la que siempre se ha referido como “el mejor sitio del mundo para montar a caballo”.

De la mano del fundador de la Real Escuela, Álvaro Domecq, y con muchísima dedicación, trabajo y disciplina, Soto ha hecho su sueño realidad al ver cómo el caballo español ha llegado a lo más alto de la competición.

Así, con su inseparable e incondicional amigo Invasor, con el que la simbiosis era perfecta, Rafael ha participado en tres Olimpiadas, siendo medalla de plata en Atenas 2004. En 1994, ya había sido campeón de España de Doma Clásica a lomos de Flamenco, primer gran caballo de pura raza española (PRE) de la FREAAE en ganar el máximo concurso nacional. En 1995, consiguió el metal de bronce en el Nacional pero, preparando su debut olímpico, una lesión de última hora de Flamenco obliga a salir a escena al caballo suplente, un tordo de la ganadería Domecq. En 1998, 1999 y 2004, en cuanto al Campeonato de España se refiere, este binomio se posicionó en lo más alto del pódium y en 2000 y 2003, en la segunda plaza. En 2002, Rafael e Invasor obtuvieron la medalla de bronce en el Campeonato Mundial de Doma y, en 2003, la plata en el Campeonato Europeo de Doma. Ya en 2006, en la ciudad ecuestre alemana por antonomasia, Aquisgrán, jinete y caballo se despiden de la alta competición.

El caballo, animal con el que ha conseguido crear un fuerte vínculo de amistad, le ha dado todo al, hasta hoy, jefe de Exhibiciones de la Fundación. Caballo de Oro en 1996, también fue Premio de los Deportes en 2004 y ha sido elegido, recientemente, Embajador Jerez Ciudad del Caballo.

Querido por todos, a partir de ahora, este jerezano dedicará su tiempo a ayudar a su hijo a abrirse camino en este mundo del caballo para cumplir su deseo de triunfar tal y como lo ha hecho su padre.

Tras la finalización del espectáculo, que, a su vez, dio comienzo a las 12:00 horas, sus compañeros lo acompañaron y homenajearon, con un Jerez de Honor, y posterior reconocimiento, en agradecimiento por su carisma, profesionalidad, buen hacer y por toda una vida dedicada al caballo.

Según palabras del director gerente de la institución jerezana, Jorge Ramos “ha sido un honor y un lujo para todos los que formamos parte de la Real Escuela haber podido compartir este momento tan emotivo con uno de los mejores profesionales que ha dado la equitación española”.