
En medio del ritmo acelerado de la vida urbana Kala propone detener el tiempo y hacer una pausa. Con seis locales en funcionamiento entre Madrid, Sevilla y Málaga, este nuevo concepto llega para ofrecer mucho más que un frozen yogurt: Kala es una invitación a reconectar con lo esencial, a disfrutar de lo sencillo y a redescubrir el bienestar a través del gusto, la pausa y la belleza. Fundado por la joven Nerea Albors e inspirado en la Grecia más auténtica, Kala nace del deseo de trasladar la filosofía mediterránea a nuestro día a día. Su nombre, su imagen y su propuesta se guían por dos conceptos fundamentales del alma griega: meraki y filoxenia, el arte de recibir al otro con generosidad y calidez. Estas ideas son el corazón mismo de este concepto. Meraki (μεράκι) es una palabra griega sin traducción exacta, pero con un significado profundamente inspirador. Habla de hacer algo con el alma, con amor, pasión, creatividad y entrega. Significa poner una parte de ti mismo en lo que haces, ya sea cocinar, crear, cuidar o trabajar. Hacer algo “con meraki” es hacerlo no por obligación, sino porque te nace del corazón. Es dejar tu esencia en cada detalle, como una huella personal que transforma lo cotidiano en algo especial.
En el centro de su propuesta se encuentra su frozen yogurt griego elaborado de manera artesanal y a diario con ingredientes naturales y sin aditivos. Su textura cremosa y sabor equilibrado lo convierten en una base perfecta para construir combinaciones deliciosas y refrescantes. En Kala su yogurt helado se puede disfrutar en formato tarrina, cucurucho o tulipa y se personaliza al momento con una selección muy cuidada de topping premiums, muchos de ellos elaborados en obrador propio de manera artesanal. Entre ellos encontramos frutas frescas, miel, frutos secos, granola artesanal, compotas artesanales o cremas como la de pistacho. El helado de Kala se elabora con yogur traído directamente desde Grecia y kéfir, un fermento natural reconocido por sus beneficios para la digestión y la salud intestinal.
Además, su propuesta incluye opciones para personas veganas, intolerantes a la lactosa y celiacos, demostrando un compromiso claro con la inclusión alimentaria y el bienestar integral.

El universo visual de Kala se inspira en la cultura mediterránea, en la arquitectura de las islas griegas, en los materiales nobles y en una paleta cromática que transmite calma. Blancos cálidos, azules cobalto, texturas naturales, cerámicas artesanas, el toque de color de la buganvilla y tipografías que evocan inscripciones clásicas componen un entorno donde cada detalle ha sido pensado para ofrecer belleza y armonía. Los locales de Kala buscan transmitir calma, pausa y autenticidad. Son refugios urbanos donde uno puede desconectar, respirar y disfrutar de un momento hecho con alma.
En este sentido, la experiencia en Kala va mucho más allá del producto. Desde el saludo inicial hasta la presentación del pedido, desde la decoración del espacio hasta el tono de la marca en sus canales de comunicación, todo está orientado a generar una sensación de cercanía, bienestar y humanidad. Además, los uniformes del equipo también están hechos a mano, siguiendo la filosofía del meraki.
Actualmente, Kala cuenta con seis locales: dos en Madrid, tres en Sevilla y uno en Málaga. “Kala nació con la ilusión de ofrecer algo diferente: un concepto de frozen yogurt natural, bonito y con alma. Desde el principio tuvimos claro que queríamos crear una marca que cuidara los detalles –empezando por utilizar ingredientes naturales–, que transmitiera la filosofía griega de ‘meraki’ y que invitara a disfrutar con calma. Ver cómo está creciendo este proyecto, llegando a nuevas ciudades, es emocionante. Cada apertura es un paso más para llevar la experiencia Kala a más personas, sin perder nunca la esencia con la que empezamos: hacer las cosas bien con mimo, y con mucho amor”, cuenta su fundadora. Cada uno de ellos es un pequeño oasis mediterráneo en medio del paisaje urbano. Lugares donde detenerse, cuidarse, reconectar. Donde lo sencillo adquiere un nuevo valor y lo cotidiano se convierte en extraordinario. En definitiva, Kala es más que un producto o un espacio. Es una experiencia, una filosofía, un recordatorio de que lo auténtico tiene poder. Y de que, en un mundo acelerado, ofrecer calidez también es un acto de resistencia. Kala es hacer lo ordinario con un amor extraordinario.

Kala Frozen Yogurt
Kala es un concepto, fundado por la joven Nerea Albors, que invita a hacer una pausa en medio del ritmo urbano, ofreciendo mucho más que frozen yogurt griego. Con seis locales en Madrid, Sevilla y Málaga, combina sabor, belleza y bienestar inspirados en la filosofía mediterránea. Su yogurt griego, artesanal y sin aditivos, se personaliza con ingredientes naturales y saludables. Con opciones inclusivas para veganos, celiacos e intolerantes a la lactosa, Kala apuesta por el bienestar integral. Su estética evoca la Grecia auténtica, creando espacios cálidos y serenos. Más que un producto, es una experiencia hecha con alma, donde lo sencillo se transforma en extraordinario.
Datos de interés
• Web: https://www.kalafrozenyogurt.com/
• Instagram: https://www.instagram.com/kalafrozenyogurt/
• Precio medio: 4,90 €
• Direcciones:
– Sevilla:
Calle Villegas, 3
Calle Tetuán, 27
Calle San Jacinto, 15
– Málaga: Calle Calderería, 2









