Sus 8.000 m2 tienen todos los componentes de una tienda tradicional, pero con un concepto innovador dentro de la compañía: la zona de tienda se distribuye en una sola planta; cuenta con espacios abiertos con luz natural e incluye un hub para la planificación de estancias. La llegada de IKEA a Almería ha supuesto una inversión de más de 45 millones de euros y la creación de una plantilla de 150 personas formada en su mayor parte por almerienses.