Restaurantes y Gastronomía

Rocacho, un restaurante de Capricho

El moderno asador de Padre Damián arranca la temporada renovando su compromiso de exclusividad con las carnes de El Capricho, situadas entre las mejores del mundo y que en Madrid solo pueden disfrutarse en este restaurante. El auténtico buey y la vaca de trabajo del leonés José Gordón –con maduraciones de entre 45 y 90 días– pueden tomarse en Rochacho a la parrilla de carbón de encina o en elaboraciones novedosas como las gyozas, los callos, las carrilleras, los tacos de tuétano o la hamburguesa con pan de cristal.

Hubo un tiempo en el que los asadores –los que salpicaban a puñados las verdes laderas y las abruptas costas del País Vasco, los escondidos entre los viñedos de Navarra y La Rioja y los pocos que despuntaban en la capital– eran la máxima expresión del lujo culinario en nuestro país. Tras la irrupción de la vanguardia y la cocina de fusión, el hedonismo en la mesa vuelve a medirse ahora por sus productos y sus proveedores, nuevas estrellas del panorama gastronómico, convirtiendo restaurantes como Rocacho en auténticos templos del peregrinaje gourmet.

Rocacho responde al concepto de moderno asador, con un ambiente completamente alejado del carácter rústico y campechano de los originales, ya que cuenta con mesas bien separadas, un servicio ultraprofesional y una elegante decoración con materiales nobles, pero con la mejor materia prima posible por bandera. Es, de hecho, el único restaurante de Madrid que ofrece la carne que el ganadero José Gordón cría y envejece en su finca de Jiménez de Jamuz, en León; la misma que sirve en su restaurante El Capricho, que fue considerado como ‘la mejor carne roja del mundo’ por publicaciones como The Guardian o la revista Time y que Gordón solo suministra en exclusiva a un restaurante de cada ciudad importante.

Entre los platos más demandados del restaurante se encuentra su famosa chuleta de buey (195 € el kilo) y la chuleta de vaca con 40 o 90 días de maduración (a 79 y 95 € el kilo respectivamente) que se prepara vuelta y vuelta a la brasa de carbón de encina y que llega a la mesa en su punto óptimo, perfectamente atemperada y acompañada de unas estupendas patatas fritas caseras y pimientos de piquillo asados. Con la carne del archifamoso buey leonés sobresalen en carta y fuera de ella preparaciones con algo más de elaboración como los callos –con pata y morro, el punto justo de picante y el chorizo de buey de El Carpicho–, las gyozas de rabo, las carrilleras –un sápido guiso tradicional con escalope de foie– y la hamburguesa con pan de cristal, mostaza antigua y pesto de tomate y el tuétano. Mención especial merecen también los tacos de tuétano de vaca vieja a la brasa –con cebolla y rábano encurtidos, picante, lima y tortilla de trigo casera– y las croquetas de cecina de buey, una de las chacinas de El Capricho que en Rocacho sirven también al corte.

Huevos cobardes y gallinas
Aunque a Rocacho no solo se acude en busca de esta excelsa carne. En sus brasas se asan también pescados muy frescos traídos de las mejores lonjas de España por Pescaderías Coruñesas y han adquirido notable fama sus arroces, sabrosos y de grano perfecto. Además, fruto de ese afán por ofrecer materias primas muy especiales, procedentes de pequeños productores apasionados, comprometidos y con nombre y apellidos, acaban de incorporar a la carta un apartado de platos con los huevos Cobardes y Gallinas de Curro Ulzurrun y Jorge Camacho cuyas gallinas viven sin estrés, en libertad y alimentadas con piensos naturales en su granja de Torrelodones. Incluye huevo con puntilla y angulas a la brasa, huevos con puntilla y carabinero a la brasa y su americana, huevo con puntilla y cecina de buey y tortilla abierta con kokotxas de bacalao y ajo negro. Es conveniente además dejar hueco para los postres, especialmente para su tiramisú, un must de la casa que se prepara en mesa delante el comensal.

En línea con su vocación de espacio de máximo hedonismo culinario, el restaurante ha incorporado, para rematar la comida, una selección de diez de los destilados más exclusivos del mercado que se ofrecen tanto por botellas como en vaso tipo old fashioned y en formato shot. Se trata de una oportunidad única de disfrutar de bebidas que, por su elevado coste, no suelen ofrecerse por copas.

Todo ello puede disfrutarse en su salón interior –incluye un reservado para ocho comensales–, en la elegante terraza acristalada ubicada en el porche del restaurante –una extensión de la sala con mesas vestidas que ahora funciona en dos turnos al mediodía– o en su terraza al aire libre, donde se puede comer y cenar sin turnos –aunque sí es recomendable reservar–, tomar unas copas o picar algo a cualquier hora en mesas altas sin mantel.

Datos de interés
• Dirección: Padre Damián, 38. Madrid
• Teléfono de reservas: 91 421 97 70
• Cuenta con delivery y take away

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