
– El ciclo Royal Hideaway Sessions cumple 9 ediciones. ¿Cómo ha sido la evolución del mismo? Háblenos del festival del pasado, actual y del futuro.
– Este ciclo nació en 2016 a la par que Festival Jazz Vejer y con la misma idea, música de calidad en entornos especiales. Chiclana de la Frontera, y más concretamente la zona del Novo Sancti Petri una de las principales áreas turísticas de España, no contaba en ese momento con una cita cultural de referencia. Queríamos hacer algo y buscando posibles emplazamientos nos topamos con el maravilloso anfiteatro del hotel Royal Hideaway Sancti Petri. A través de una amiga que trabajaba en Barceló contacté con el director del hotel, le llamé para presentarle el proyecto y me dijo “tengo un minuto que salgo de viaje ¿eres capaz de explicármelo en ese tiempo?”. Debí ser muy convincente, porque me sobraron 30 segundos. Tres semanas después, arrancábamos el ciclo con Chano Domínguez y Antonio Lizana. A partir de ahí por las sesiones han pasado desde Paquito D´Rivera, Kurt Elling, Avishai Cohen o Toquinho hasta Salvador Sobral, Silvia Pérez Cruz, Silvana Estrada, Juan Perro o Tomatito. La lista ya va siendo interminable. Estamos muy orgullosos de lo conseguido. Hemos trabajado duro y con mucha seriedad y eso al final trae resultados.
– El leit motiv del ciclo es la excelencia musical como máximo referente. ¿Qué buscan a la hora de diseñar el programa musical de cada año?
– La calidad y que el artista y su propuesta casen con el estilo, el espacio y la experiencia íntima y cercana que queremos ofrecer. Y lógicamente que económicamente esté a nuestro alcance. Esto último es siempre lo más difícil para un promotor privado.

– Probablemente, una de las máximas diferenciaciones del festival es su formato íntimo y exclusivo en el que se produce un acercamiento muy especial entre público y artistas. Sin duda, algo a lo que el público joven actual parece no estar muy acostumbrado, por ejemplo, a los conciertos ‘sentados’. ¿Hay nicho para todo o es un formato complicado para sobrevivir?
– La música en directo en general es complicada. Hacer rentable un concierto solo con los ingresos por venta de entradas es muy difícil por no decir imposible. En nuestro caso, contamos con el patrocinio y apoyo de Royal Hideaway Sancti Petri y aún así cuesta. Son cosas que se hacen más por el corazón que por los números. Año tras año, vamos fidelizando a un público que confía en nuestro criterio a la hora de programar. Es un trabajo lento y de largo recorrido.
– Otro de los aspectos claves del festival es su ubicación, en un anfiteatro, entre frondosos y bellos jardines y con el mar de fondo dentro de este exclusivo hotel. ¿Cómo de mágico es el ambiente que se respira en estos conciertos?
– Es un hotel precioso. Parece que estás en algún lugar remoto del Caribe. Los jardines cuentan con 1.800 palmeras así que te puedes hacer una idea. El anfiteatro no es muy grande y el público está literalmente encima del artista. Se crea una conexión muy especial entre músico y público.
– ¿Cuáles son las novedades para este año?
– Seguimos trabajando en la consolidación del ciclo. En lo musical continuamos en la línea del jazz y la canción de autor. Tenemos ya la mente puesta en nuestro décimo aniversario que hacemos el año que viene. Nos gustaría que fuese muy especial y con grandes nombres. Confío que lo podamos lograr.
– Hablemos de los artistas invitados este año (Antílopez, Pedro Guerra, Alfredo Rodríguez Trío, Depedro y Mayte Martín), ¿qué puede decirnos de ellos?
– Cada uno en su estilo son referentes. Antílopez es algo muy nuestro. Auténtica poesía popular. Sus conciertos son divertidísimos. Pedro Guerra es ya casi una leyenda en la canción de autor. Ya ha llovido desde el disco Golosinas que le dio la fama y el reconocimiento. Va hacer un repaso a sus canciones más icónicas. Alfredo Rodríguez, quizás el más desconocido para el gran público fue un descubrimiento del mismísimo Quincy Jones, legendario productor de Michael Jackson. Es uno de los máximos exponentes del piano cubano. Es pura vitalidad y alegría. Depedro es uno de los cantantes más reclamados en la actualidad, ha tocado por todo el mundo y no hay festival que se precie que no cuente con él. A nuestro ciclo vendrá en formato solo. A nuestro juicio es donde se demuestra el valor y la belleza de las canciones. Cierra el ciclo la gran Mayte Martín, una de las cantaoras flamencas con mayor personalidad. Es un poco una rara avis dentro del flamenco y dentro de la música. No se mueve ni por gustos ni por modas. Va por libre y es auténtica. Por eso nos encanta.
– Para aquellas personas que todavía no conozcan el ciclo, ¿qué les diría? ¿Por qué conviene no perdérselo?
– Es toda una experiencia. La música unido al sitio, el clima, el ambiente y la atmósfera que se crea. Es una auténtica maravilla. Aparte el poder aparcar prácticamente en la puerta y el acceso rápido. Yo no me lo pensaba, jajajaja.