Andalucía ha realizado en los últimos años importantes avances para reducir la dependencia de los combustibles fósiles apoyándose en un extraordinario desarrollo de las energías renovables. Estas fuentes limpias son la base de nuevas tecnologías que fomentan el ahorro y la eficiencia energética.

El consumo de energía es uno de los índices más significativos para determinar el grado de desarrollo económico de una región y su nivel de bienestar. Andalucía arrojaba en 2013, según la Agencia Andaluza de la Energía, un consumo de energía final de 11.792 ktep, el 13,8% del total nacional, porcentaje ligeramente inferior al 18% de su peso poblacional. No obstante, nuestra región ha asistido en los últimos años al desarrollo de importantes infraestructuras energéticas: redes eléctricas de transporte y distribución, gasoductos, ciclos combinados, instalaciones de energías renovables, fábricas de producción de biocarburantes y pélets, que se suman a las refinerías de petróleo existentes.

La electricidad es una de las patas del sistema energético. Y según un informe de REE, Andalucía demandó el año pasado 38.003 GWh de electricidad, el 14,7% del total nacional (258.117 GWh), y produjo 31.996 GWh netos de energía eléctrica, el 11,9% de la generación neta española (266.853 GWh). Necesitamos más de lo que producimos, no somos autosuficientes –lo fuimos en 2006– aunque vamos por el buen camino.

Éste ha sido siempre uno de los grandes retos del Gobierno andaluz, que plasmó en el ya extinto Plan Andaluz de Sostenibilidad Energética 2007-2013 (Pasener) y que hoy supone uno de los pilares de la Estrategia Energética de Andalucía 2014-2020. Ambas hojas de ruta de la política energética andaluza han impulsado un cambio sustancial de nuestra estructura energética, con el notable desarrollo de las infraestructuras (redes eléctricas de transporte y distribución; gasoductos e instalaciones de generación, tanto renovables como ciclos combinados), el desarrollo de políticas activas de ahorro y eficiencia energética y una apuesta incondicional por las energías renovables.

Estas fuentes limpias cubren ya cerca del 40% de la demanda de electricidad en Andalucía y suponen el 39% del parque andaluz de generación eléctrica, cuya potencia instalada total es de 15.777 MW, según la Agencia Andaluza de la Energía. Los ciclos combinados de gas aportan el 38% a la generación, las térmicas de carbón un 13%, un 6% corresponde a cogeneración y residuos y un 4% a las centrales de bombeo.